La revolución rusa

En 1861, el Zar Alejandro II liberó a todos los siervos de Rusia, ya que hasta ese entonces se vivía en un sistema feudal. Veinte años después, en el 20º Aniversario de la liberación de los siervos, Ignacio Hryniewiecki, miembro de los Narodniki (o revolucionarios rusos) lanzó una bomba a los pies del Zar tras dos muy recientes intentos de asesinato. El jefe de la policía Dvorzhitsky escribió más tarde[1]:

"Yo estaba ensordecido por la nueva (última) explosión, quemado, herido y tirado al suelo. De repente, en medio del humo y la niebla, y cubierto de nieve, escuchaba la voz débil de Su Majestad que gritaba, "¡Ayuda!". Recopilé toda la fuerza que pude, me puse en pie y corrí hacia el zar. Su Majestad estaba medio de pie, medio sentado, apoyándose en su brazo derecho. Creyendo que estaba herido levemente, traté de levantarlo, pero sus piernas estaban destrozadas, y la sangre manaba de ellas. Veinte personas, con heridas de diverso grado, estaban sobre la acera y en la calle. Algunos estaban bien, otros se arrastraban, otros trataban de salir de debajo de cuerpos que habían caído sobre ellos . A través de la nieve, los cadáveres y la sangre se podían ver mezclados con las prendas de vestir, sables, y sangrientos trozos de carne humana."

Alejandro fue llevado en trineo hasta el Palacio de Invierno donde su familia, los Romanov, se apresuraron a su lecho de muerte, entre ellos su hijo, Nikolás Romanov, quien sería su sucesor en el trono.
Años más tarde, con Nicolás II en el trono, Rusia estaba en guerra con Alemania y estaban sufriendo numerosas bajas pero el Zar no la detuvo, esto junto a la oposición de la Zarina Alexandra para efectuar reformas generó un gran descontento en la población. Tras la derrota de Rusia en la guerra ruso-japonesa en 1905, hubo un intento de revolución. Se produjeron numerosas manifestaciones y el gobierno las reprimió por la fuerza, dejando numerosas víctimas.

Revolución de Febrero

En 1917, el Zar Nicolás II abdicó, cediéndole el trono a su hermano Miguel, quien más tarde abdicaría también. Esto dio paso a una monarquía constitucional, se creó un gobierno provisional. Aunque hubo protestas armadas de parte de los anarcocomunistas y los bolcheviques, estas no tuvieron efecto y Alexander Kérenski fue proclamado presidente de la república.
El gobierno provisional permitió, entre otras cosas, la entrada de exiliados, siendo Vladímir Ilich Uliánov (Lenin) uno de ellos.

Kerenski, presidente de la república generó descontento, siendo incapaz de crear reformas. Las tropas rusas aun continuaban participando en la guerra, lo que provocó manifestaciones. La respuesta del gobierno fue reprimir a los opositores, generando aun más descontento entre la población.
Lenin, con sus excelentes dotes de oratoria, propuso un nuevo sistema basado en la ideología de Karl Marx: el socialismo, también conocido como la dictadura del proletariado. Lenin, junto a Lyev Trotski, planea imponer un sistema alternativo al capitalismo, el comunismo, y derrocar al gobierno provisional.

Revolución de Octubre

Debido a la situación, Kerenski huyó del país. Los bolcheviques llevan a cabo un asalto armado al Palacio de Invierno[2], pese al apoyo de voluntarios para defender a los ministros que allí se encontraban, decidieron rendirse y no derramar sangre. Los soviets se apropiaron del palacio, derrocando así al gobierno provisional. Con Lenin en el poder, propone el reparto de tierras entre los campesinos, el cese de la participación de Rusia en la guerra y la creación de los soviets comisarios del pueblo (llamada Sovnarkom). También se creó una asamblea constituyente y se convocaron elecciones. El ganador de dichas elecciones fue Víctor Chernov, líder del partido Social-Revolucionario[3].

El partido Bolchevique, liderado por Lenin, quedó segundo en las elecciones. Esto no le agradó a los bolcheviques, quienes disolvieron la asamblea en enero de 1918[4], prohibieron el partido Social-Revolucionario y arrestaron a sus líderes por considerarlos "enemigos del pueblo". Tras esto la única opción de Lenin era una guerra civil, que él mismo incitaba, predicando mensajes como el siguiente[5]:

"Quien admita la lucha de clases no puede menos de admitir las guerras civiles, que en toda sociedad de clases representan la continuación, el desarrollo y el recrudecimiento [...] de la lucha de clases. Todas las grandes revoluciones lo confirman. Negar las guerras civiles u olvidarlas sería caer en un oportunismo extremo y renegar de la revolución socialista."

Debido a lo ocurrido, los bolcheviques crean la Checa, una organización de inteligencia militar y política para eliminar disidentes, cometiendo así delitos de tortura y asesinato, así como encarcelaciones entre otros[6].

El fin de los Romanov

En Julio de 1918, en la Casa Ipátiev, una mansión en los montes Urales donde Nicolás Romanov (el antiguo Zar) y su familia se encontraban recluidos, llegó la orden de Lenin de ejecutar a la familia Romanov.
Aquella noche, un pelotón de nueve bolcheviques encabezado por Yákov Yurovski ordenó al médico de la casa despertar a la familia con el pretexto de ser trasladados a un lugar más seguro. Los condujeron al sótano de la casa, y allí Yurovski leyó la siguiente orden[7]:

"Nikolái Aleksándrovich, en vista del hecho de que tus parientes continúan atacando a la Rusia Soviética, el Comité Ejecutivo de los Urales ha decidido ejecutarlo."

Nicolás, asombrado, replicó —¿qué?— siendo esto inútil, pues Yurosvki se limitó a leer de nuevo la orden y seguidamente comenzó el tiroteo.
En la primera ronda de disparos, el ex zar fue asesinado y seguidamente su hijo, Aleksei. Tanto la asistenta, el médico, el mayordomo y el cocinero de los Romanov como Alejandra fueron acribillados también. Las hijas del zar también fueron tiroteadas y apuñaladas con bayonetas. El único superviviente fue el perro de de Aleksei.
Así, la familia Romanov había sido masacrada.

Lenin y Stalin

Tras estos sucesos, se impuso el leninismo, con Lenin a la cabeza de la Unión Soviética. En 1922 Lenin cayó enfermo y dos años más tarde falleció. Iósif Stalin, a quien Lenin había elegido para ser su sucesor, tomó el poder.
Stalin exilió a Trótskiy, y más tarde, en agosto de 1940 dio la orden de ejecutarlo. Trótskiy se encontraba en México, y fue asesinado en su despacho con la colaboración de comunistas españoles presentes en México.
Ramón Mercader, un comunista español, se ganó la confianza de la familia Trótskiy, y pese a las grandes medidas de seguridad que el edificio poseía, era tal la confianza que se permitía a Mercader entrar. Trótskiy se hallaba en su despacho cuando llegó Mercader, quien apareció con mal aspecto con el pretexto de mostrar un artículo a Trótskiy. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, lo apuñaló en la cabeza con una piqueta de montañismo[8].
El grito de Trótskiy alertó a todo el mundo. Trótskiy pudo derribar a su atacante y arrastrarse hasta su esposa para delatar a su asesino justo antes de caer en coma, falleciendo al día siguiente. Mercader fue sentenciado a 19 años de prisión y tras su liberación, la Unión Soviética le otorgó la condecoración de Héroe de la Unión Soviética. El régimen dictatorial de Stalin elevó a la Unión Soviética al nivel de potencia científica y política entre otras.

En 1991 Se disuelve la URRS.

Conclusión

Stéphane Courtois, autor de "Le Livre noir du communisme"[Amazon] (El libro negro del comunismo), junto con la ayuda de múltiples historiadores, llega a la cifra de más de 100.000.000 de muertes causa de regímenes comunistas, incluyendo los regímenes dictatoriales de la Unión Soviética y Mao Tse Tung entre otros basándose en parte en archivos revelados de la KGB.